Columna SEREMI de Gobierno-Atacama

Presupuesto 2026: El país que queremos construir.

La discusión sobre la Ley de Presupuestos no es un ejercicio técnico aislado; es una definición política y ética sobre las prioridades del país de cara al próximo año. En un contexto económico exigente, marcado por la necesidad de recuperar el crecimiento sin descuidar la responsabilidad social, el Gobierno ha presentado un proyecto que busca equilibrar ambas dimensiones.

El presupuesto 2026, que es el último que presenta nuestro Gobierno, se construye desde una convicción clara: no hay desarrollo posible si las familias siguen enfrentando carencias en salud, vivienda, seguridad previsional o educación; tampoco si el Estado pierde su capacidad de responder financieramente ante emergencias, inversiones o compromisos futuros.

El próximo año el gasto público crecerá en un 1,7% y pone el acento en cinco pilares esenciales: salud, pensiones, vivienda, cuidados y educación, junto a un crecimiento sostenido en materia de seguridad pública, porque es en esos ámbitos donde las personas viven sus urgencias diarias. Se requiere reducir las listas de espera y fortalecer la atención primaria, avanzar en justicia previsional para asegurar ingresos dignos durante la vejez, continuar entregando soluciones habitacionales reales y acceso oportuno, reconocer y apoyar el trabajo que históricamente han sostenido las mujeres cuidadoras y, por supuesto, seguir invirtiendo en el futuro de nuestros niños y jóvenes porque la educación sigue siendo una herramienta que abre oportunidades y combate inequidades desde la base.

Pero invertir en estas áreas, exige responsabilidad; en ese sentido, este proyecto destaca por su enfoque en consolidación fiscal y cuidado de las finanzas públicas, lo que permite garantizar sostenibilidad en el tiempo y evitar que las futuras generaciones carguen con decisiones apresuradas. Ser responsables socialmente implica también ser responsables fiscalmente.

En tiempos en que algunos sectores, desde la desinformación y el escepticismo, buscan instalar la idea de que cualquier inversión social es un costo o un riesgo, este presupuesto demuestra lo contrario: es posible responder a las necesidades del presente sin hipotecar el futuro. Se puede avanzar en bienestar, redistribuir con justicia y fortalecer el Estado, manteniendo seriedad en el uso de los recursos.

Más que un trámite legislativo, la Ley de Presupuestos es una señal del país que queremos construir. Este proyecto reconoce las urgencias de las familias chilenas, entrega certezas en tiempos de incertidumbre y reafirma un principio básico de buena política pública: un Estado que planifica con responsabilidad no solo protege, sino que sienta las bases de un futuro sostenible.

Sebastián Fergadiotti López

Seremi de Gobierno de Atacama.