Perú y Chile sellan alianza histórica con el Proyecto 51 para liderar la industria mundial del cobre

El acuerdo busca que ambos países controlen el 51% del suministro global del metal rojo en los próximos quince años, apostando por su industrialización y agregación de valor frente a la creciente demanda tecnológica y energética mundial.

El histórico antagonismo comercial entre Perú y Chile dio paso a una cooperación inédita a través del Proyecto 51, una estrategia binacional que busca transformar a ambos países en los principales proveedores de cobre a nivel mundial.

El acuerdo, formalizado durante la convención minera Perumin 37 en Arequipa, plantea una hoja de ruta común para industrializar el cobre, dejando atrás la exportación exclusiva de materia prima. La meta es aumentar la participación conjunta de ambos países del 40% al 51% del suministro mundial de cobre en los próximos quince años.

El Proyecto 51 surge en un contexto global marcado por la transición energética y la expansión de la electromovilidad, sectores que incrementan la demanda del metal rojo. La estrategia apunta a convertir a la región en un epicentro cuprífero y en un actor clave dentro de las industrias tecnológicas y de energías limpias.

El fenómeno conocido como el “tsunami del cobre” describe el impacto prolongado que la demanda de este mineral tendrá en las economías sudamericanas durante las próximas tres décadas. En ese periodo, los países con reservas, experiencia y capacidad industrial, como Perú y Chile, concentrarán las mayores oportunidades de desarrollo y valor agregado.

El plan binacional incluye la modernización de la cadena industrial, con énfasis en el procesamiento local y la incorporación de nuevas tecnologías metalúrgicas que permitan fabricar componentes para la industria automotriz, la electromovilidad y la infraestructura inteligente.

Entre enero y julio de 2025, las exportaciones mineras peruanas alcanzaron US$ 31.348 millones, un aumento del 15,4% respecto al año anterior, impulsadas por el alza del precio del cobre, que promedió US$ 4,30 por libra. Sin embargo, el volumen exportado cayó un 6,6%, reflejando las dificultades operativas del sector.

Factores como los conflictos sociales, la reducción en las leyes del mineral y la falta de inversión en exploración limitan el crecimiento sostenido. Aunque las inversiones en exploración aumentaron un 37,1%, llegando a US$ 392 millones, el avance se ve afectado por la inflación y la ausencia de nuevos proyectos de gran escala.

Durante la Perumin 37, las autoridades de ambos países ratificaron la alianza entre los ministerios de minería y acordaron la creación de mesas de trabajo permanentes para coordinar inversiones, transferencia tecnológica y desarrollo metalúrgico.