Francia descubre el mayor depósito de hidrógeno natural del mundo: 46 millones de toneladas bajo Mosela

El hallazgo, que podría transformar el mapa energético global, ofrece una fuente limpia y económica de hidrógeno sin emisiones. Su explotación promete reducir la dependencia del gas y crear miles de empleos verdes.

La tranquila localidad de Folschviller, en la región de Mosela (noreste de Francia), se convirtió en epicentro de un hallazgo energético sin precedentes: geólogos descubrieron una reserva subterránea de 46 millones de toneladas de hidrógeno blanco, el tipo más limpio y prometedor, que se forma naturalmente sin necesidad de procesos industriales contaminantes.

El hallazgo fue realizado por científicos del laboratorio GeoRessources y del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), mientras perforaban en búsqueda de metano a 1.250 metros de profundidad. En cambio, encontraron gas hidrógeno puro, sin carbono asociado, lo que representa una oportunidad histórica para avanzar en la descarbonización global.

El hidrógeno blanco, también conocido como hidrógeno natural, se forma por reacciones geoquímicas cuando el agua interactúa con rocas ricas en hierro en el subsuelo. A diferencia del hidrógeno gris (que se produce con gas natural y emite CO₂) y del verde (obtenido por electrólisis con energías renovables), el hidrógeno blanco no requiere insumos fósiles ni electricidad para su producción, lo que reduce significativamente su huella ambiental y su costo.

Según las estimaciones, esta reserva tendría un valor comercial superior a los 184.000 millones de dólares y podría evitar la emisión de hasta 130 millones de toneladas de CO₂ al año, equivalente a las emisiones anuales de un país europeo de tamaño medio.

Para Francia, el descubrimiento significa una oportunidad estratégica. No solo podría reducir su dependencia del gas importado, sino que también impulsaría el desarrollo económico de Mosela, una región marcada por el declive de la minería del carbón. Se proyecta la creación de miles de empleos en exploración, perforación, infraestructura y reconversión laboral para antiguos trabajadores mineros.

A nivel internacional, el hallazgo ha encendido una nueva carrera energética. Países como Australia, Estados Unidos y Rusia ya están estudiando sus propios yacimientos potenciales de hidrógeno blanco, mientras empresas tecnológicas exploran formas de almacenarlo y distribuirlo a bajo costo.

El equipo liderado por el Dr. Jacques Pironon no descarta que esta reserva pueda recargarse naturalmente con el tiempo, lo que convertiría al hidrógeno blanco en una fuente casi renovable. Pronto se instalarán pozos piloto para monitorear la presión, el caudal y la estabilidad del yacimiento.

De confirmarse su viabilidad a gran escala, Folschviller podría posicionarse como la capital mundial del hidrógeno natural y marcar el inicio de una nueva era energética basada en fuentes limpias, accesibles y sin emisiones.