Según declaraciones de funcionaria municipal La fortuna que Mario Morales Carrasco logró acumular en tres años gracias a las coimas

Mario Morales Tierra Amarilla. (Foto: Enrique Barrera)

Alcalde Suplente de Tierra Amarilla era un verdadero saco roto a la hora de pedir más y más plata a los contratistas, de acuerdo a declaración de una de sus cercanas operadoras.

En mil quinientos millones de pesos, por conceptos de coimas recibidas, estima la funcionaria municipal Dániza Hidalgo Zarricueta, la fortuna acumulada en tres años por el alcalde suplente de Tierra Amarilla, Mario Arturo Morales Carrasco, según lo hace notar en una declaración personal que, por estos días, ha circulado a través de las redes sociales, donde detalla su participación y el conocimiento que tiene sobre el bullado caso que explotó en la comuna minera, denominado “Operación Limpieza”.

Solo el contratista Hugo Maya le habría generado ingresos por 100 millones de pesos, más otros 150 millones de pesos recortados del proyecto reposición estadio municipal, a los que se agregan la reposición de la Plaza, construcción del nuevo edificio consistorial, reposición de parques y áreas verdes, sobre precio de los servicios y sobresueldos. “Era cobrador”, admite Hidalgo, precisando que apenas los contratistas cobraban su primer estado de pago, quería de inmediato su porcentaje, cuyos millones guardaba en una caja fuerte que mantenía en una de sus casas en Copiapó.

Esta declaración firmada por ella misma, entregada a su abogado defensor, Patricio Pinto, no puede quedar en un mero antecedente judicial, ya que son muy fuertes los hechos denunciados y que dejan en evidencia una maquinación grupal para defraudar al municipio y, por ende, a todos los habitantes de Tierra Amarilla, quienes necesitan y exigen una explicación, partiendo por los concejales, señores Boris Pérez, Patricio Morales, Domingo Ordenes y Cristóbal Zúñiga, los que habrían recibido 20 millones de pesos cada uno para entregar su voto a Morales, durante la ceremonia de elección del suplente del alcalde titular Osvaldo Delgado Quevedo, suspendido por la justicia.

Una vez confirmada la elección de Mario Morales, hubo una pequeña celebración con sus más cercanos en su ahora oficina propia del segundo piso del edificio municipal, incluyendo a su financista y, curiosamente, también el entonces intendente regional Miguel Vargas Correa.

Por lo tanto, fue vital el aporte del empresario John Sol, quien confiando en la palabra de su ex socio y ex amigo, le transfirió los 100 millones de pesos para que “comprara” el cargo de máximo jefe comunal, pagando los votos de sus colegas concejales, con la esperanza de recuperarlos y, más aún, multiplicarlos, una vez que el nuevo alcalde le otorgara jugosos proyectos, como la recuperación del estadio “Eladio Rojas Díaz”, donde tiempo después se llegaron a destinar 790 millones de pesos, provenientes de los recursos aportados por Minera Candelaria, a través del convenio de cooperación suscrito con el municipio.

Sol confiaba que con este proyecto iba a recuperar sus 100 millones de pesos y algo más; también lo sabía Mario Morales, pero éste no estuvo dispuesto a cumplir su palabra y, simplemente, desconoció ese acuerdo y buscó otro contratista para que llevara a cabo los trabajos. Para ello contactó a Eduardo García, a quien le exigió 150 millones de pesos de coima. O sea, actuó como un vulgar “chueco” y traicionero de quien le posibilitó el camino para su nuevo cargo.

En su declaración de 22 páginas, Dániza Hidalgo Zarricueta deja al descubierto un montón de oscuras y repudiables maniobras, citando a los personajes involucrados que, a continuación, pasamos a revisar sucintamente.

Por orden de Mario Morales, el director de la Secpla, Nelson Vietes, aumentó los precios del proyecto Bandejón Central. (…) procediendo a cobrar una coima de 10 millones, uno para cada concejal y 5 para el alcalde. El trabajo consistía en “aplanar un terreno”. Respecto del Jardín Botánico, el contratista Hugo Maya lo aumentó de 85 a 107 millones de pesos. Aquí Morales exigió la torreja exclusiva para él.

Al comentar sobre el proyecto Parque Rafael Torreblanca, Dániza Hidalgo sostiene que Nelson Vieytes solo firmó, “porque llega a las 11 y se va a las tres… No hace nada”. Sobre el mismo funcionario, reconoció que Morales le habría dicho: “A ese chuchesumadre lo tengo solo para que firme”

En una parte de su declaración, se nombra a una tal Esmeralda, alias la Juana, definida como “una gorda rubia”. ¿Cuál es su rol en el municipio si no es funcionaria municipal?

Entre otros ingresos recibidos por Morales se cuentan los 70 millones de pesos que el contratista Eduardo García le pagó por el proyecto “Reposición Edificio Consistorial”, más 70 millones de pesos por la compra de los container usados como eventuales oficinas,  tras ser demolido el antiguo edificio, y  70 millones más por el cierre perimetral del estadio “Eladio Rojas Díaz”. Es decir, millones iban y venían, mientras la gente humilde de la comuna mendigaba en el municipio unas luquitas para remedios o alimento, teniendo como respuesta un “no hay plata”.

Otros ingresos de plata para el nunca satisfecho alcalde, surgieron del sobreprecio de las áreas verdes de la plaza, habiéndose pagado 30 mil pesos el metro cuadrado, cuando en realidad el valor normal oscila entre los 10 y 15 mil pesos.

Eso no era todo, porque hasta la encargada del concurso “Miss XL” cooperó con su proyecto pasándole 25 millones de pesos. Obviamente, los sobresueldos también estaban presentes y aquí la denunciante cita los casos de los funcionarios Dídimo Díaz, Pedro Olate y Rodrigo Alegría, quienes le traspasaba cada uno un millón de pesos de sus liquidaciones.

Por lo tanto, a la luz de estas siniestras y repugnantes operaciones de cohecho, soborno y fraude al fisco llevadas a cabo por el alcalde suplente Mario Morales Carrasco, quien asumió el cargo haciendo gárgaras de transparencia y criticando fuertemente a su antecesor, merece a juicio de la comunidad la más fuerte sanción judicial, porque ni siquiera tuvo moral para cobrar coimas por el proceso de sanitización de las calles de la comuna, tan necesarias a raíz de la pandemia del covid 19. “Con razón rechazó el ofrecimiento de sanitizar las calles que le hizo la APECO, porque sabía que no le entraría ni uno. Él quería plata, no trabajo”, comentó un reconocido vecino de la comuna. Mientras tanto, la comunidad espera que la Justicia haga justicia.