Cuestionamientos surgen tras una reunión con el ministro de Educación, donde se evidenciaron discrepancias entre los plazos entregados por la cartera y los informados por el SLEP a las comunidades educativas.
La diputada por Atacama, Daniella Cicardini (PS), manifestó su malestar y crítica ante la falta de información y cumplimiento por parte del Servicio Local de Educación Pública (SLEP) Atacama y la Dirección de Educación Pública (DEP), en relación con el cronograma de reparaciones comprometido a los establecimientos educacionales de Copiapó afectados por el sismo del pasado 6 de junio.
Se trata de las escuelas Abraham Sepúlveda Pizarro, Vicente Sepúlveda, Los Estandartes, Colegio Buen Pastor, Liceo José Antonio Carvajal y Instituto Comercial, cuyos procesos de reparación presentan retrasos significativos.
La reacción de la parlamentaria surgió tras un encuentro gestionado por ella en Santiago con el ministro de Educación, Nicolás Cataldo, al que asistieron representantes de la escuela Abraham Sepúlveda Pizarro y el presidente nacional del Colegio de Profesoras y Profesores, Mario Aguilar. La cita, inicialmente convocada para abordar la situación específica de ese establecimiento, evidenció una discordancia en los plazos de habilitación proyectados por el ministerio y los comunicados previamente por el SLEP Atacama.
Cicardini explicó que, tras la reunión, “quedó de manifiesto una inaceptable falta de claridad por parte del SLEP Atacama, que levantó falsas expectativas sobre los plazos de entrega y los procesos de reparación, no solo de la escuela Abraham Sepúlveda, sino también de los seis establecimientos afectados por el sismo”.
“Lamentablemente, esas escuelas deberán seguir de allegadas y no podrán iniciar las clases en sus propias dependencias en marzo de 2026. A estas alturas, después de las movilizaciones históricas y del profundo daño que ha sufrido la educación en Atacama, uno esperaría otro nivel de compromiso institucional”, enfatizó.
La diputada profundizó sus cuestionamientos señalando que “si existen obstáculos que impiden avanzar más rápido, lo mínimo que corresponde es sincerar la información. La verdad es lo menos que merecen las comunidades educativas, especialmente después de ocho cambios de director ejecutivo, lo que demuestra que hay una desconfianza instalada”, aclarando además que su emplazamiento apunta a las sucesivas conducciones y áreas directivas, y no a la generalidad de funcionarios del SLEP.
“Les pediría que, a la brevedad, tanto la DEP como el SLEP Atacama mejoren sus canales de comunicación, reformulen la planificación con los nuevos plazos y transmitan esa información de manera clara y oportuna a las comunidades educativas. Es fundamental que los apoderados, asistentes de la educación, docentes y equipos directivos conozcan la realidad de cada establecimiento y no sigan enfrentando incertidumbre”, agregó.
Pese a lamentar el nuevo cronograma, Cicardini valoró la entrega de información transparente por parte del ministro Cataldo, lo que permitiría proyectar un retorno realista hacia mediados de 2026.
La directora de la escuela Abraham Sepúlveda Pizarro, Johanna Cisternas, señaló que la reunión “nos deja un sabor amargo y, a la vez, claridad, porque finalmente se plantea cuál es el panorama real en relación con la planificación estratégica, teniendo presente los plazos a nivel administrativo y de ejecución; cosa que nosotros lamentablemente desconocíamos”.
Por su parte, la representante de los apoderados, Fanny Aróstica, afirmó que “como apoderados pensábamos que se iban a cumplir las fechas iniciales para poder retornar rápidamente al colegio. Por parte del SLEP sentimos que hay una falta de comunicación o de información que nos ha dejado bien complicados, porque se nos entrega información, no sé si errada, pero insuficiente, y eso no debería ocurrir”.
La docente Teresa Rojas añadió que “los trabajos han sido lentos; tenemos información dispar tanto del servicio como de la misma Dirección de Educación Pública, y vemos que la gestión ha sido lenta desde ambas instituciones. Queremos transparencia en el tema de las fechas y del tipo de trabajos que se están realizando, por el bienestar de nuestra comunidad educativa”.
En tanto, el portavoz de los asistentes de la educación, Abraham Morales, coincidió en que “las autoridades que lideran estos procesos no han dado cumplimientos reales y, en relación con el director ejecutivo, nos vemos nuevamente entrampados por la falta de comunicación y coordinación para poder resolver estos problemas adecuadamente. Lamentablemente, se ven afectados tanto los funcionarios de las comunidades como, principalmente, nuestros niños y niñas”.
Finalmente, el presidente del Colegio de Profesoras y Profesores, Mario Aguilar, sostuvo que “ha pasado largo tiempo sin solución, sin que se inicien siquiera los trabajos; se está en el punto cero, y obviamente esto tiene muy preocupada y desgastada a la comunidad, que está de allegada en otro colegio. En esas condiciones el trabajo pedagógico no es el que corresponde, y el desgaste es muy grande”.