Qué hacemos frente al alzheimer columna de opinión

Por Jéssica Rojas, Seremi de Salud de Atacama.

Como sociedad enfrentamos el desafío de incorporar la salud mental. Desafío creciente y apremiante en el cuidado de las personas con Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa, causada por una muerte anormal de las neuronas y responsable de la mayor parte de las demencias.

Una patología que durante siglos fue invisibilizada, escondida en sótanos, torres u hospicios y que en el siglo XXI, con más personas mayores y con demencias en franco aumento, asumimos como una preocupación cada vez más acuciante para la salud pública. En Chile, desde el Ministerio de Salud construimos el Plan de Demencias, a partir de diálogos participativos en todas las regiones del país y que en octubre entrará en etapa de consulta pública, permitiendo que la ciudadanía participe activamente en su diseño.

Este plan se sumará a la inclusión realizada en 2019 del Alzheimer y otras demencias a las Garantías Explícitas de Salud (GES), que asegura su diagnóstico y tratamiento farmacológico. Si bien actualmente no existe un tratamiento que lo haga retroceder, contamos con medicamentos que pueden mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y de su entorno más cercano. Sin embargo, los fármacos no bastan: El acompañamiento adecuado incluye ejercicio físico regular, interacción social y familiar y el apoyo para mantener actividades básicas como alimentarse, dormir y asearse. En contraste, la soledad y el aislamiento agravan la situación.

Un aporte clave en este cambio cultural, ha sido el trabajo de las organizaciones de pacientes, así como también el verdadero fenómeno del documental “La memoria infinita” que mostró a un masivo público como el vínculo permanece en una pareja -ella actriz y ex Ministra, él connotado periodista- cuando uno de ellos enferma.

Hay algunas noticias alentadoras. Solo cerca del 10% de los casos tiene origen genético, el resto, se sabe que está asociado a factores de riesgo cardiovascular, lo que abre una puerta importante a la prevención: hacer ejercicio, mantener una dieta equilibrada y un peso saludable, evitar el alcohol y el tabaco, son medidas protectoras.

Otros factores de riesgo son la depresión, el aislamiento social, la inactividad cognitiva y la exposición a la contaminación atmosférica. En resumen, aún no conocemos todo sobre esta enfermedad, pero visibilizar, prevenir e incorporar socialmente a quienes la padecen es fundamental para construir una sociedad que cuida y dignifica a quienes viven con demencia.