Un 2025 con lluvias bajo lo normal, el retroceso acelerado de glaciares y embalses con niveles mínimos agravan la sequía estructural que afecta al país. La ONG alerta que la crisis se ha vuelto permanente y exige cambios profundos en la gestión del agua.
Chile atraviesa uno de los años más complejos en materia hídrica, según alertó la ONG Greenpeace en el marco de la Semana Mundial del Agua. Pese a que 2024 fue un año excepcionalmente lluvioso, en lo que va de 2025 las precipitaciones en la Región Metropolitana han caído un 57,5% por debajo de lo normal, lo que refleja una tendencia crítica.
El problema, advierten, no es solo la falta de lluvias, sino también la forma en que estas se concentran en episodios intensos y esporádicos, lo que genera escorrentía rápida en lugar de infiltración y recarga de napas subterráneas.
Un informe reciente del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) situó a Chile en el puesto 16 a nivel mundial entre los países con mayor estrés hídrico, advirtiendo que el país podría enfrentar un desabastecimiento de agua potable hacia 2050 si no se adoptan medidas urgentes.
Greenpeace recordó además que, según datos del Ministerio de Obras Públicas, los embalses nacionales almacenan actualmente 4.900 millones de metros cúbicos, es decir, 18% menos que en agosto de 2024. La Región de Coquimbo aparece como la más golpeada, con la mayoría de sus embalses estratégicos por debajo del 20% de su capacidad.
La ONG también advirtió sobre el acelerado retroceso de glaciares en la zona central, algunos de los cuales han reducido su extensión en más del 50% en las últimas décadas. Este fenómeno, sumado a la disminución de precipitaciones y el deterioro de la cobertura vegetal, está afectando la disponibilidad de agua a largo plazo y comprometiendo la biodiversidad.
Expertos y organizaciones coinciden en que la sequía que afecta al país desde hace más de 15 años se ha agravado por el modelo de propiedad privada del agua, vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet. Actualmente, se estima que el 80% de los recursos hídricos de Chile está en manos privadas, principalmente de grandes empresas agrícolas, mineras y energéticas.