Mientras se alista la esperada reforma del Gobierno que pretende allanar el camino hacia un sistema de salud universal, el superintendente de Salud, Víctor Torres, aseguró que la idea es que las isapres sean un «complemento» en este nuevo marco.
«Cuando uno concibe la salud desde la perspectiva de la seguridad social, primero tiene que garantizar el acceso a prestaciones de todo tipo -incluso las preventivas- a un bajo costo o eventualmente gratuito, como hemos visto en la pandemia con la vacunación. Y por otro lado, con un sentido diferente, no un sentido de mercado», reflexionó .
Así, Torres emplazó a comprender que «la reforma cambia el paradigma de cómo hoy día concebimos la salud; primero, porque tenemos una salud segregada -el que tiene más plata puede acceder más rápido y mejor a una prestación determinada-, y segundo, un sistema fragmentado: el carril del sistema público funciona de una manera y el del sistema privado, de otra».
«En la pandemia -reiteró- pudimos observar cómo opera un sistema integrado, con una coordinación centralizada (…) esa es una forma de entender cuál es la aspiración que tenemos, pero también con mecanismos de pago que contengan costos y tengan precios conocidos».
La idea es que «exista un seguro único que logre cubrir con ese 7 por ciento las prestaciones a un valor determinado, que permita también financiar tanto prestadores públicos como aquellos privados que quieran sumarse a la fórmula, y que aquellos privados que van a cobrar un poco más también tengan la posibilidad -a través de seguros complementarios- de estar cubiertos«.
En definitiva, «las isapres van a pasar a ser seguros complementarios las que quieran, evidentemente. Más que desaparecer del mapa, tienen una oportunidad de transformarse y poder ser un complemento importante del sistema. Eso es lo que se ha dicho desde el día uno».
«Hay una serie de cosas que el día de mañana van a dejar de hacer, para que las pueda absorber el FUS, y que ellas complementen estos pagos para poder acceder eventualmente a un prestador de mayor costo, pero el FUS debe garantizar el acceso», remató.
DESDRAMATIZÓ LA «CRISIS» DE LAS ISAPRES
Por otra parte, el superintendente le bajó el perfil a la supuesta crisis que viven las privadas en estos momentos, la que atribuyen al rechazo del alza de precios que acordaron para sus planes, así como a los recursos de afiliados en contra del aumento en el costo.
De acuerdo a la autoridad, «en la controversia que existe en el alza de precio base, hay un 80 por ciento de personas que cotizan y no judicializaron ni tampoco hicieron reclamos, cantidad de ingresos que no está sumada dentro de los seis primeros meses, donde se arroja esta pérdida de 73 mil millones» advertida por las isapres.
«Los reclamos que se han presentado ante la Superintendencia no rozan más del 2 por ciento de cotizantes, por lo tanto, no hay un impacto mayor; y la Intendencia de Fondos es la que ha establecido un criterio que no ha cambiado en lo absoluto del que ya emitió en una reposición realizada en enero, y que fue ratificada por el anterior superintendente (Patricio Fernández)», precisó.
En concreto, «hablo de una situación compleja, porque hay que reconocer que hay una situación distinta a la habitualidad que teníamos considerada respecto de las isapres en toda su existencia, pero tampoco quiero contribuir a un coro que más mal les hace».