Cardenal Robert Prevost es elegido papa y asume como León XIV: tiene nacionalidad peruana

Tras cuatro votaciones del cónclave, el cardenal estadounidense-peruano fue designado como el nuevo líder de la Iglesia Católica. En su primer mensaje, destacó el legado de Francisco y llamó a la unidad y la paz.

El cardenal Robert Prevost, de origen estadounidense y con nacionalidad peruana, fue elegido este jueves como el nuevo papa de la Iglesia Católica, adoptando el nombre de León XIV. Su elección fue confirmada tras la cuarta votación del cónclave, en la segunda jornada de deliberaciones del Colegio Cardenalicio en el Vaticano.

A las 12:08 horas de Chile (18:08 en Roma), el característico humo blanco se elevó desde la chimenea de la Capilla Sixtina, anunciando al mundo la designación del nuevo pontífice número 267 de la Iglesia Católica. Minutos después, fue el cardenal Dominique Mamberti quien pronunció la tradicional fórmula: “Nuntio vobis gaudium magnum: habemus papam” (Les anuncio una gran alegría: tenemos papa).

Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, León XIV saludó a las decenas de miles de fieles y turistas reunidos en la plaza. En su primer mensaje como jefe del Vaticano, expresó su compromiso con la unidad de la Iglesia, resaltó el legado pastoral de Francisco y rezó por la paz mundial. También envió un mensaje especial a su diócesis en Perú, país con el que mantiene una profunda vinculación.

El nuevo pontífice sucede a Francisco (2013–2025), quien falleció el pasado 21 de abril a los 88 años. Su elección representa un momento histórico para la Iglesia, no solo por su doble nacionalidad, sino también por el contexto global en que asume su pontificado.

La elección de León XIV se dio bajo estrictas medidas de seguridad en el Vaticano, donde parte de la plaza Pío XII fue cerrada y la Guardia Suiza reforzó su despliegue. En el lugar se congregaron personas con banderas de diversos países, entre ellos Chile, Argentina, Colombia, Brasil y España, en una muestra de la universalidad de la Iglesia y la expectación que generó este nuevo nombramiento.

Previo a su aparición pública, como es tradición, el nuevo papa fue investido en la Sala de las Lágrimas, donde se prepara espiritualmente antes de ser presentado ante el mundo.