Los pro y contras de migrar a Fonasa en medio de la crisis de isapres y las razones detrás de su atractivo entre jóvenes.

El sistema de salud en Chile todavía cursa una de las crisis más importantes del último siglo tras la pandemia, situación que se complejiza aún más en medio de la incertidumbre por la crisis que acusan estar viviendo las isapres, llevándolas a cortar convenios con clínicas y retrasarse en las devoluciones de prestaciones, impulsando así la percepción de un deterioro en la atención.

Ocurre que el ya golpeado estado financiero de las aseguradoras se ha visto empeorado por el uso de prestaciones, el alza de licencias médicas, y las judicializaciones por los precios de los planes. Todo lo anterior ya amenazaba con detonar una caída en cadena de las firmas, pero ahora se sumó otro factor: la ley corta del Gobierno para implementar el fallo de la Corte Suprema, proyecto que, de aprobarse tal como está, implicaría el cierre del sistema en septiembre próximo, según ha señalado el presidente de la Asociación de Isapres, Gonzalo Simon.

Frente a esto es que desde hace un tiempo a la parte hay una duda que se repite bastante a nivel de los usuarios: ¿Conviene quedarse en la isapre en medio de la crisis que las azota, o es una buena opción irse a Fonasa, con la opción de adicional un seguro complementario? Al revisar los últimos balances del Fonasa, se confirma que muchos ya han optado por migrar desde una aseguradora al fondo estatal, alcanzando un total de 454.242 personas entre enero de 2021 e igual mes de 2023. Otro dato, el cambio se ha dado principalmente en el grupo de cotizantes más jóvenes.

De hecho, un 46% de las más de 454 mil personas que han llegado a Fonasa desde 2021 son jóvenes de entre 20 y 34 años, seguidos por el grupo de 35 a 49 (21%) y los menores de 0 a 19 años (18%).

Los pro de Fonasa

¿Cuáles son las ventajas, entonces, de irse a Fonasa? Según un informe de WTW, entre los atributos destaca que en el fondo estatal solo se cotiza el 7% de la renta imponible, con un tope de 5,712 UF. Además, garantiza gratuidad en todas las atenciones realizadas en el sistema público para cualquier afiliado, independientemente del plan que posea.

A lo anterior, se suma que no existe discriminación por algún tipo de enfermedad o condición preexistente, por lo tanto, todas las personas pueden ser parte de Fonasa, sin importar si perciben o no recursos.

Junto con ello, explican que la fuerte migración desde las isapres «se debe a que los reajustes de los precios de los planes de salud y GES en isapre han generado diferencias de pagos adicionales significativas en prácticamente toda la cartera de estas instituciones privadas, y que, adicionado con el alza sustantiva del IPC, han creado una situación económica demasiado compleja para muchos de estos afiliados».

Ryan Kerr, cofundador de QuePlan.cl, por su parte, indicó que Fonasa «ofrece ciertas ventajas, o beneficios, que han hecho que, a la par de la crisis en el funcionamiento de las isapres, algunos lo vean como una mejor alternativa para cubrir sus necesidades médicas. Por ejemplo, que el pago previsional siempre equivaldrá al 7% del sueldo, mientras que el precio en isapre puede aumentar dependiendo del plan que se tenga, o de las alzas de precio base, o GES».

«Tampoco es menor el hecho de que, a diferencia de una isapre, Fonasa no pone restricciones de ingreso a personas con preexistencias. También hay beneficios como el copago cero en la atención pública o el Bono PAD», acotó Kerr.

¿Migrar a Fonasa?

Desde la perspectiva de Kerr, han habido eventos que en el último tiempo han contribuido que muchos vean a Fonasa como una opción más conveniente, como el que «muchas isapres están teniendo problemas para hacer reembolsos, o perdiendo importantes convenios con clínicas es lo que en mayor medida ha gatillado esta fuga de afiliados al sector público. Además del incremento del precio que han experimentado los planes como el GES dentro de las isapres».

Eso sí, aclaró que gran parte de quienes migran a Fonasa «lo hacen apoyándose en un seguro complementario, ya sea individual o corporativo, con el propósito de mejorar la cobertura que ofrece Fonasa y buscar una protección similar a la que tenían previamente con la isapre».

El decano de la Facultad de Salud y Ciencias Sociales Universidad de Las Américas y ex ministro de Salud, Osvaldo Artaza, mencionó que «las coberturas que da el Fonasa en su modalidad libre elección se acerca mucho a las actuales coberturas de isapres en planes cerrados.

Además, la diferencia que aún persiste actualmente es fácilmente subsanable contratando un seguro complementario que es muy barato y accesible para personas jóvenes». «Entonces para una persona joven, y que no tiene cargas o solo un hijo, y que, por tanto, tiene un bajo riesgo, le sale muy conveniente colocar su 7% en Fonasa contratando un seguro complementario», indicó.

Con todo, Artaza precisó que «para una persona con más edad, y más riesgo de requerir hospitalización, le es más difícil optar por la modalidad libre elección del Fonasa, ya que los seguros complementarios y catastróficos que se ofrecen actualmente son demasiado caros para una persona adulto mayor.

Los adultos mayores que se van al Fonasa tienen dificultades para usar la libre elección, y solo se van al Fonasa cuando ya no pueden seguir pagando sus planes de isapre».

¿Cuál es la recomendación?

Para Rodrigo Molina, gerente de Consultoría Health & Benefit de WTW, considerando el contexto actual, «la recomendación sigue siendo mantener la prudencia y no apresurarse a ninguna decisión por ahora.

Como aún no se define cuál será el destino del sistema previsional de salud, considerando las ofertas actuales respecto a ‘seguros complementarios y/o suplementarios’, vemos que son productos que no logran la madurez aún como para ser una alternativa segura de cambio».

Adicionalmente, Molina manifestó que «la ley corta y el modelo que propone Fonasa, considerando un seguro adicional a la cobertura primaria, están todavía en desarrollo como para poder evaluar con mayor certeza si conviene efectuar un cambio o no», y que, por lo tanto, «la recomendación es mantenerse sin cambios hasta que el escenario futuro sea más claro».

A juicio de Artaza, en cambio, «las personas quieren tener más opciones y certidumbres y el Fonasa a través de su modalidad libre elección, sobre todo con un seguro complementario asociado, es una opción razonable especialmente para personas jóvenes que quieren utilizar prestadores privados. Lo anterior explica en gran parte la tendencia actual».

Finalmente, Kerr expuso que «lo más importante es que la decisión debe estar fundada en la realidad de cada uno y en cómo la crisis les ha impactado a su situación particular. Por ejemplo, si alguien está teniendo muchos problemas con la isapre, y le está afectando negativamente su bolsillo, sí conviene analizar un cambio que otorgue mayor tranquilidad».

«Sin embargo, si el cambio está motivado por mera especulación de un quiebre masivo y en realidad la isapre le ha funcionado bien, entonces no lo alentaría. Pero como dije, depende mucho de la situación. En estos casos la prudencia es clave», cerró el cofundador de QuePlan.cl