En general, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico realizó un hincapié en que, en el contexto actual de inflación récord de las últimas cuatro décadas, que afecta a los menos favorecidos, «los salarios mínimos pueden convertirse en una herramienta aún más importante para proteger el nivel de vida de los trabajadores con salarios bajos».
Este viernes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) hizo un llamado a que, ante la escalada de inflación mundial actual, hay que favorecer los aumentos del salario mínimo para amortiguar el impacto en las familias más vulnerables.
Además, también calificó de necesario acompañar esta medida con otras prestaciones sociales y mecanismos o bonificaciones para compensar el encarecimiento de la energía.
“Aunque la elevada incertidumbre y una desaceleración significativa del crecimiento económico pueden sugerir cautela en la subida de los salarios mínimos, varios países tienen márgenes para ir más allá de los actuales niveles salariales mínimos y proteger, al menos parcialmente, a los trabajadores más vulnerables de la subida de los precios”, indicó el organismo.
De acuerdo a lo señalado por Agencia EFE, según un informe dedicado al salario mínimo en estos tiempos de inflación, publicado esta jornada, la OCDE no especifica cuáles son los países en cuestión, pero sí arrojó algunas pistas indirectas.
Uno de estos indicios es compararlo en términos relativos – en cada uno de los 30 países de sus 38 miembros en los que existe un ingreso mínimo nacional – con el salario mediano, es decir, con la remuneración por debajo de la cual están el 50% de los trabajadores y por encima el otro 50%.
Como media, en la OCDE el salario mínimo representa un 55 % del mediano. Aunque esta cifra varía mucho, de más del 70% en Colombia (92%), Costa Rica (81%), Chile (72%) y Turquía (70%). Finalmente, sólo un 29% en Estados Unidos.
En relación, España se sitúa por debajo de este promedio, con un 48%. Este porcentaje ha subido notablemente desde 2005, donde era entonces del 37%. Sin embargo, continúa siendo inferior al de otros grandes países europeos como Alemania (51%), Reino Unido (57%) o Francia (61%).
Del mismo modo, los autores del estudio también analizan la pérdida de poder adquisitivo del salario mínimo en una docena de países miembros entre finales de 2020 y septiembre de 2022.
Por un lado, la caída en términos reales es particularmente fuerte (más del 10%) en Estados Unidos. En este país no se registró ninguna revalorización en esos siete trimestres. Mismo caso que en Holanda.
En tanto, la pérdida del poder adquisitivo es superior al 5% en España. Esto, ya que el incremento del 5,3% del salario mínimo en enero no ha permitido compensar el impacto de la inflación. Mismo nivel en Polonia, mientras que en Alemania, Grecia, Reino Unido y Japón se sitúa entre el 0 y 5%.
Salario mínimo aumentó 3 veces en Chile entre 2021 y 2022
Frente a este escenario, se ha mantenido el poder adquisitivo del salario mínimo en Australia. Por otro lado, aumentó entre un 0 y un 5% en Bélgica, Francia y sobre todo en Chile.
En nuestro país, el salario mínimo ha tenido tres incrementos en el período estudiado: 3,2% en mayo de 2021; 12,8% en mayo de 2022; y 5,3% en agosto de 2022.
La OCDE hace hincapié en que, en el contexto actual de inflación récord en las últimas cuatro décadas que afecta “desproporcionadamente” a los menos favorecidos, “los salarios mínimos pueden convertirse en una herramienta aún más importante para proteger el nivel de vida de los trabajadores con salarios bajos”.
No obstante, también señala que más allá del aumento del salario mínimo, hay que utilizar otros mecanismos para proteger los ingresos de los más vulnerables. Esto, como las bonificaciones energéticas “específicas y temporales” o las “ayudas a los trabajadores en activo”.