Estudiante de Caldera busca crear un halcón robótico para alejar palomas de sitios patrimoniales

Estudiante de Caldera

Luciano Cortés Tapia tiene once años, es estudiante de sexto básico del colegio Caldera y desde hace algunos meses trabaja, junto a su familia y asesores, en la construcción del prototipo de su proyecto “Mamani”, un halcón peregrino robótico que ahuyenta palomas de sitios patrimoniales.

“Se me ocurrió crear Mamani por dos razones: porque las aves destruían los lugares públicos, privados y patrimoniales a los que a mí me gusta ir. Y también porque al perrito de mi hermano le cayó una pluma de paloma en el agua y se enfermó, ya que las palomas transfieren muchas enfermedades, incluso si su caca se acumula mucho en un lugar puede derretir hasta el metal”, argumentó Luciano.

Mamani, cuyo significado es halcón en aymara, actualmente se encuentra en la etapa de construcción del prototipo y en la verificación del funcionamiento del sistema. Esto mediante la adjudicación del programa Inventa Comunidad 2017-2018, financiado por la Fundación Lundin y que cuenta con el apoyo como socios estratégicos de minera Candelaria y la incubadora de negocios Chrysalis y la incubadora social Gen-E, de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

Para Luciano, ser uno de los ganadores del programa Inventa Comunidad significa que “nada es imposible y que los niños también pueden cambiar el mundo”, argumentó.

Por su parte, Susan Tapia, mamá de Luciano, respecto al poyo brindado por la Fundación Lundin y minera Candelaria comentó que “han sido súper amables con nosotros y nos han dado harto respaldo. Muestran interés cada vez que va Luciano. Además, hemos tenido buena recepción de parte del mentor que es trabajador de Candelaria, quien nos ayudó en una etapa en que estábamos estresados con el sistema Arduino (plataforma de hardware libre, basada en una placa con un microcontrolador electrónico)”.

Es importante mencionar que el programa Inventa Comunidad, es una iniciativa de minera Candelaria enfocada en la gestión de ideas, orientado a proponer soluciones en forma conjunta entre vecinos, ciudadanos y la empresa, frente a problemas que les afecten y de esta forma transformar de manera positiva sus comunidades.

Este proyecto, además cuenta con el patrocinio de Chrysalis Incubadora de Negocios de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. “Algo que le ha ayudado mucho a Luciano, al estar en las clases con Chrysalis -y con que hayan venido algunos expositores de Valparaíso-, es que él era más bien introvertido hasta antes de iniciar el proceso”.

“Luciano evolucionó mucho con las clases de Pitch (herramienta o formato más utilizado en estos días para presentar ideas o proyectos), porque aprendió a transmitir lo que piensa. Posee un excelente vocabulario para la edad que tiene, por lo que no le complicó mucho y le dio mucha seguridad. Necesitaba darse cuenta del reconocimiento que todos tenemos hacia él”, argumentó Susan respecto al apoyo bridado por Chrysalis.

Nacimiento y futuro de una idea innovadora

Luciano, junto a sus dos hermanos y sus padres llegaron hace tres años a vivir a Caldera, provenientes de Antofagasta. “Acá comencé a desarrollar las habilidades que tenía. A mi me gusta todo de acá”, argumentó Luciano.

Susan, complementa la visión de su hijo comentando que “el adora el patrimonio y la infraestructura que hay acá y eso lo mueve, tiene una conexión fuerte”.

Respecto al futuro del proyecto, a mediano plazo, Luciano y su núcleo familiar, esperan concretar ventas con una serie de clientes que, aún en etapa de prototipo, han creído en su producto.

Mientras que, a largo plazo, la madre de Luciano tiene claro que “no puedo acompañar a Luciano en un proyecto y luego dejarlo a la mitad del camino, porque me haya cansado o porque simplemente no me den ganas de seguir trabajando. Este es un proyecto y Luciano ya está creando su empresa. Yo trabajo para él y estoy a cargo de todo, y no lo puedo dejar de lado”, relató.

Por su parte, Luciano tiene claridad respecto a lo que espera del futuro. “Sueño con que mi proyecto se pueda vender por todo el mundo, que lo conozcan y que no sigan matando palomas. Quiero que todos mis inventos sean conocidos y que otros niños también puedan cambiar el mundo”.