El año 2024 marcó un hito histórico en la generación y desperdicio de energía renovable en Chile. Según el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN), las pérdidas por vertimientos –también conocidas como curtailments– alcanzaron los 5.908,71 GWh, representando un aumento del 149% respecto a los 2.375,86 GWh registrados en 2023. Estas cifras equivalen al 17% del total de energía renovable disponible, marcando un nuevo récord en desperdicio energético.
Este incremento se explica, en gran medida, por la sobreoferta de capacidad instalada solar, que ya supera los 11.000 MW, suficiente para cubrir prácticamente toda la demanda del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), que oscila entre 10.700 y 12.200 MWh. Sin embargo, las limitaciones en la infraestructura de transmisión y las inflexibilidades en la operación térmica han generado un cuello de botella que impide aprovechar al máximo esta energía.
Gabriel Olmedo, coordinador de Riesgo y Regulación de la consultora Evol, destaca que «existe una importante sobreoferta de tecnología solar para los niveles de demanda existentes». Añade que «la capacidad instalada está creciendo a tasas de más del 22% anual, mientras la demanda apenas crece un 2% anual. Esto solo agrava la situación de los vertimientos».
Ana Lía Rojas, directora ejecutiva de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera), advirtió que las pérdidas en energía renovable suponen un problema estructural que requiere atención urgente. “El año 2024 marcó un contraste importante en el desarrollo de las energías renovables. Si bien la generación solar inyectada creció en 2,2 TWh respecto a 2023, el vertimiento solar aumentó en 2,7 TWh, lo que significa que toda la nueva capacidad solar del año fue ‘perdida’”, señaló.
Rojas también subrayó que el problema afecta especialmente al norte del país, donde se concentra el 61% de la nueva capacidad solar instalada. “La falta de crecimiento en la demanda eléctrica, sumada a las limitaciones de transmisión y las restricciones de la operación térmica, están poniendo en riesgo la viabilidad económica de los proyectos renovables y la confianza de los inversionistas”, afirmó.
Entre las empresas más afectadas se encuentra Enel Green Power Chile, que lideró los vertimientos tanto en el segmento solar como en el eólico, con 1.027 GWh y 236 GWh desperdiciados respectivamente. Según un análisis de Evol, esto se debe a la alta capacidad instalada de la filial de Enel, que representa una porción significativa de la generación renovable del país. Otras empresas afectadas incluyen Acciona Energía Chile y Engie Chile en el segmento solar, así como AR Cerro Tigre y Engie Energía en el eólico.
El mes más crítico para los vertimientos fue noviembre, cuando las plantas solares en Chile enfrentaron reducciones superiores al 50% de su capacidad operativa. “Una planta solar estuvo más de la mitad del tiempo detenida, lo que evidencia la urgencia de acelerar la construcción de infraestructura de transmisión y la implementación de sistemas de almacenamiento”, enfatizó Rojas.
La directora ejecutiva de Acera hizo un llamado a priorizar soluciones a corto plazo para gestionar los vertimientos y evitar el desperdicio de energía limpia y económica. “Chile tiene el potencial de liderar la transición energética, pero para lograrlo debemos resolver estas barreras estructurales. No podemos permitir que nuestra energía más sostenible se desperdicie”, concluyó.